Cada vez que escribo un post mi objetivo es poder aportar al máximo de personas una reflexión sobre su visión y entendimiento de algún concepto con importancia en nuestro día a día laboral, por lo tanto en nuestra vida y aporte a los demás.

Hoy me gustaría que reflexionemos sobre lo que entendemos bajo el paraguas de cliente; para mí clientes somos todos y son todos.

Cliente es alguien a quien puedes aportar una solución en su vida y necesidades. Un niño, por ejemplo, sería un cliente necesitado de comida, vigilancia, educación en valores vitales, educación en conocimientos prácticos para poder ser independiente el día de mañana, de seguimiento médico, de cariño, de mimos, de sonrisas,….

Y cómo paga este cliente?

Aquí cada proveedor del niño debería dar la respuesta, en mi caso, no tengo hijos aunque si unos sobrinos que me pagan con un abrazo, una sonrisa, una compañía de primer nivel, unas ganas locas de no parar quietos, amor en definitiva que es la mejor moneda y la que además cuanto más se da más se genera.

Sin embargo los niños a veces se convierten en clientes difíciles que piden sin parar, que no responden a nuestras expectativas, que se enfadan injustamente y que consideramos se comportan inadecuadamente ante algunas circunstancias. Les dejamos de querer por ello? Dejamos de preocuparnos por hacerlo mejor? Dejamos de probar nuevos caminos para un buen entendimiento y un acuerdo en el que todos estemos satisfechos?

NUNCA DESISTIR ANTE UN BUEN CLIENTE DIFICIL

Yo diría que en la mayoría de los casos los padres no desisten y siguen amando a sus hijos incondicionalmente, la relación dura toda la vida, tiene momentos difíciles, en los que se toman decisiones, a veces nada fáciles.

El camino en las relaciones a veces se tuerce, aunque lo normal es que la relación dure toda la vida, que la satisfacción global sea mutua y que el intercambio de productos sea de beneficio y necesidad para ambas partes y que haya muchos momentos de celebración y éxito.

A esto llamo yo clientes difíciles y sin llegar al lazo emocional que existe entre padres e hijos, en nuestro entorno laboral nos encontramos muchos clientes difíciles y no solo en el mercado externo sino en un único mercado que es el del mundo profesional, en él hay más clientes internos que externos.

La mayoría tratan más tiempo con clientes internos que con los clientes externos; aunque otra necesidad de las personas integrantes en una empresa es acercarse cada día más y conocer mejor las necesidades de los clientes externos, pues todos debemos y podemos aportar valor en satisfacerlas, sea cuál sea nuestra misión y tarea en la empresa.

TODOS SOMOS CLIENTES Y PROVEEDORES

Y como nosotros somos también clientes de otros proveedores, también tenemos necesidades que cubrir.

Es por ello que la recomendación y el camino saludable es ver a las personas de nuestros equipos y de los equipos de empresas y centros de interés que se relacionan con la nuestra (proveedores, clientes, administración, colaboradores, sociedad,…) como clientes a los que amar, agradecer, respetar, y sobre todo buscar como satisfacer y cubrir sus necesidades desde valores sostenibles y éticos.

Estos clientes serán difíciles a veces, esto será bueno pues es lo que nos impulsará si lo tomamos como un reto positivo, a pensar mas profundamente, a escuchar mas empáticamente, a ser mas creativos, a buscar caminos diferentes, a aceptar y reconocer nuestros propios fallos y nosotros como clientes difíciles de otras personas seremos palanca y catalizador del crecimiento y desarrollo.

El éxito con clientes difíciles hace que nos sintamos orgullosos, validos y valiosos para los demás. 

TRATA A LOS DEMAS COMO QUERRIAS QUE TE TRATEN A TI

Esta es una frase muy conocida y empleada en muchos contextos; me gustaría que aquellas personas que estén leyendo esto ahora, cogiesen un papel y un bolígrafo y escribiesen una lista de 10 adjetivos que buscarían en la persona a la hora de elegir un proveedor/producto, una vez que los tengamos escritos, usemos esta misma lista para autoevaluarnos y como herramienta de mejora potencial para poner en marcha cuanto antes.

En definitiva nuestros clientes son personas como nosotros aunque cabría terminar con el apunte que aunque todos somos personas y tenemos mucho en común, el momento de cada una es único y esto tenemos que tenerlo también en cuenta, herramientas como la empatía, la asertividad, el no juicio, son fundamentales a desarrollar para tratar con las personas-clientes difíciles-buenos.